Desde que en 2020 compró la famosa cadena de electrodomésticos, su nombre empezó a rodar, a modo de presentación, en los medios. Sin embargo, hacía más de una década que Carlos - Charly - Rosales había buscado frenéticamente contactos, poder, dinero y negocios. En cualquier orden.
Cuenta una fuente ligada al club San Lorenzo, del cual Rosales fue tesorero, que mientras estaba en un bar céntrico con dirigentes, se enteró que en ese mismo lugar estaba Daniel Scioli y no dudó un segundo en ir a buscarlo, para integrarlo a su mesa y conversar. "Charly" fue funcionario de segunda línea del ex - gobernador de la prov. de Bs. As. Daniel Scioli. Aunque rehacio a admitir vínculos en las escasas notas periodísticas que brindó, también se lo señala con cercanías al ex superintendente de Servicios de Salud Héctor Capaccioli y el ex ministro de Seguridad bonaerense Sergio Berni.
Su camino incluye - el que sí admite - una droguería con Claudio Di Meglio, dirigente de fútbol, y un salvataje financiero a la compañía de seguros PROF, que terminó con un juicio que le hizo un socio inversor.
Luego incursionó, entre otros proyectos, en medios. En 2020 se animó al colosal Garbarino. Lo compró e intentó salvarlo - ya que venía en crisis - pero no pudo: cerró 200 sucursales y dejó en la calle a casi 4000 trabajadores, a los que le debe sueldos e indemnizaciones. Buscó nuevamente, como en PROF, un inversor-comprador pero no apareció, nadie quería hacerse cargo de ese infierno.
Reclamos. En todo el país, los trabajadores se organizaron para reclamar los sueldos adeudados,
AUDIO (fragmento editado). EXCLUSIVO. La verdadera cara del dueño de Garbarino. FUENTE: Periodismo no militante.
Más allá que falta información contextual, el audio inédito del dueño del grupo Garbarino revela el destrato y desprecio a los trabajadores despedidos que realizan un largo camino de reclamos, aún inconcluso, en la justicia.
Quedan, claro, muchas preguntas. Personaje enigmático y esquivo al consultarle sobre la gestación de su imperio millonario, "Charly" atina a decir que "no habla" de su "primer millón". El otro interrogante es su falta de capacidad y estructura para tomar semejante responsabilidad, el por qué del fracaso rotundo, qué lo llevó a esta situación y quién lo "protege", si es que existe ese alguien.
La certeza es que es la ola de empleados que quedaron sin sus puestos de trabajo en los últimos años es la crónica del poder empresarial inescrupuloso que cometió un verdadero genocidio laboral aún sin solución.
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